Vestimenta femenina
La
ropa de uso cotidiano de las mujeres indígenas es más colorida y
vistosa que la de los hombres, además, conserva más los rasgos
prehispánicos. En la parte de arriba se suele utilizar: el quechquemitl,
una especie de blusa triangular con la punta hacia abajo, formado por
dos rectángulos. Esta prenda era usada principalmente por la élite,
incluso se puede apreciar en la representación de la diosa de las aguas
terrestres, Chalchiuhtlicue, en el códice Fejérváry-Mayer.
Algunas esculturas femeninas mayas, toltecas, teotihuacanas y aztecas
portan el quechquemitl. Actualmente, esta prenda es de uso común en las
comunidades otomíes de Querétaro e Hidalgo, huastecas y nahuas de San
Luis Potosí, purépechas de Michoacán y huicholes de Jalisco.
El huipil es parecido a una blusa cuadrada sin mangas. También
existen piezas prehispánicas teotihuacanas, mayas y aztecas donde se
observa la utilización del huipil por parte de las deidades, incluso el
códice Florentino muestra algunos ejemplos de esta prenda.
Este
tipo de indumentaria se encuentra en Oaxaca, usada por los mazatecos,
triques, mixes y chinantecos, y en Chiapas, en lugares habitados por
tzotziles y tzeltales.
Por otra parte, la blusa bordada no
aparece en ninguna figura precolombina debido a que este atuendo comenzó
a usarse durante la Colonia, y ha permanecido como parte de la
indumentaria característica de los pueblos indígenas hasta nuestros
días. Es utilizada principalmente por mujeres nahuas de Puebla, otomíes
de Tlaxcala y purépechas de Michoacán.
La prenda de la parte inferior o que se colocan en la cintura son:
enagua y enredo o falda, esta última se llama así porque existen
distintas formas de atarse a la cintura, mediante una faja tejida que se amarra en la falda, pero si esta tiene resorte entonces la faja se ata en la blusa.
Las mujeres purépechas de Michoacán usan esta prenda en color negro y
se distingue de otros grupos indígenas porque lleva flecos en los
extremos.
El complemento del enredo y la falda es la faja
bordada en telar de cintura, de uso común en Puebla, Chihuahua, Veracruz
y Michoacán.
Vestimenta masculina
La ropa masculina que en
la actualidad visten los grupos indígena fue introducida en el periodo
posterior a la Conquista: camisas lisas, pantalones y sombreros, los
cuales sustituyeron al taparrabo, la faldilla, el enredo —una mezcla
entre el taparrabo y la faldilla— y al xicolli —parecido a una playera abierta al frente—.
El taparrabo fue la prenda básica en la mayoría de las culturas
mesoamericanas, se dejó de utilizar en el siglo XVI y se optó por los
calzones de manta.
Algunas regiones conservan la tilma o capa,
que denota autoridad conjuntamente con el bastón, son utilizados por los
mayordomos o el consejo de ancianos, que forman parte de los cargos
políticos de las comunidades indígenas. Hoy en día se portan la camisa
bordada, el gabán tejido, los jorongos y los cinturones de bolsita.
El
paño de cadera, también conocido como taparrabo, aparece en murales y
figuras de piedra y cerámica de culturas precolombinas como la olmeca,
zapoteca, teotihuacana, maya, tolteca y azteca; así como en una
representación de Quetzalcóatl-Ehécatl, procedente de Calixtlahuaca, que
se exhibe en el Museo de Antropología e Historia del Estado de México.
La camisa bordada de manta se puede encontrar entre los mam de
Guatemala y los tzeltales y mayas de Chiapas. Mientras que el gabán es
de uso cotidiano entre los otomíes del Estado de México y en la
comunidad de Villagarcía, Zacatecas.
El enredo masculino se
aprecia en esculturas olmecas, mayas y aztecas. En el caso de la
faldilla, esta fue usada por los mayas, aztecas, zapotecos y mixtecos
como lo muestran los objetos encontrados en los zonas arqueológicas.
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