COSTUMBRES Y TRADICIONES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Muchas de las costumbres indígenas, prevalecen hasta hoy, sobre todo las gastronómicas:
•
La ingesta del maíz en distintas formas, tortillas, tamales, atoles,
pozole, etc. La nixtamalización del maíz, otro proceso prehispánico que
se conserva hasta nuestros días. El uso de chiles y salsas con base en
ellos, los mullis (moles) el consumo de insectos y la hueva de los
mismos como importante fuente de proteinas, como chapulines, jumiles,
gusanos de maguey, diversos tipos de hormigas, etc.
•
La medicina y tratamientos herbolarios eran usuales entre los
indígenas, con un concepto mágico religioso que incluía baños de
temazcal, masajes, vaporizaciones, inhalación, unguentos, infusiones,
brebajes, cataplasmas, etc.
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La educación indígena era puntualmente afectuosa con los menores, tanto
padres como maestros se basaban en los libros del Huehuetlatoli (libro
de consejos y palabras de los viejos) donde se les enseñaba valores,
respeto y normas de vida.
La
población de la entidad guerrerense se encuentra integrada por cuatro
grupos étnicos: mixtecos, Tlapanecos, Nahuas y Amuzgos, así como la
población mestiza y en menor medida el grupo Afromestizo.
Debido
a la heterogeneidad de su población, el estado de Guerrero tiene
tradiciones muy diferentes en cada región. La música y la danza también
tienen características muy particulares en las que se puede apreciar la
mezcla de los diversos grupos étnicos que han convivido en la entidad.
En la Tierra Caliente se baila el gusto y el son. Ambas procedentes del
llamado “Sonecillo de la Tierra Caliente” y el pan de jarabe que
trajeron las caravanas artísticas españolas.
Originarios
de la Costa Chica de Guerrero, con el nombre de artesa, adoptados y
adaptados al sentimiento y estilo de los tixtlecos, los “arranca zacate”
y los jarabes son los que se bailan como preámbulo de un son, (derecho o
de imitación) palomo o chilena, que dan lugar para formar el fandango
en los barrios de Tixtla.
El
fandango en Tixtla se realiza en las fiestas del patrón de las capillas
o iglesias de los barrios o en las festividades cívicas; los músicos se
acompañan con arpa, vihuelas y el cajón de tapeo. Normalmente la tarima
es rodeada de camapés o sillas, que es donde se sientan las mujeres que
van a bailar y en uno de los extremos se colocan los músicos. Los
bailadores permanecen de pie. En esta región los bailes característicos
son los sones de artesa, la chilena, los paseos, palomos, zapateados, el
jarabe y los corridos de gran influencia hispana y sudamericana e
indígena.
Las
bandas de viento, llamadas “Chile Frito” son muy acogidas por los
guerrerenses, puesto que son las principales animadoras de las fiestas
populares.
Las
danzas de los tlacololeros, los tecuanes, los viejitos, los manueles,
los Doce Pares de Francia, son los bailes más tradicionales de la
entidad.
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